viernes, 14 de septiembre de 2012

Pensando en el mañana II

CHINA : Un grupo de investigadores de la Universidad Agrícola de Beijing han anunciado recientemente el nacimiento de un par de terneros que han sido modificados genéticamente para que su carne tenga mejores cualidades organolépticas de cara al consumidor. 

Ni Minhong, responsable de la investigación, ha informado que han implantado en los animales material genético para conseguir incrementar el nivel de grasa intramuscular y así obtener cortes de carne de vacuno de mayor calidad que puedan competir con la carne de otras razas vacunas como la Kobe o la Wagyu.

El equipo lleva tres años trabajando en esta investigación y aún tendrán que esperar a que los animales lleguen a la edad óptima para el sacrificio para comprobar si su experimento ha sido un éxito. Según Minhong, las investigaciones de su grupo avanzarán para conseguir un marmoleado en la carne de vacuno procedente de las razas de vacuno chinas y ofrecer así una alternativa a la importación de carne procedente de otros países. Los animales clonados proceden de la raza Qinchuan y nacieron en la segunda quincena del pasado mes de julio y habrían sido modificadas genéticamente con un gen que ayuda a la creación de ácidos grasos unidos a las proteínas que permitiría la ubicación de la grasa intramuscular. Tras el sacrificio, esta grasa ayuda al marmoleado de la carne añadiendo una mayor terneza y sabor a la carne.

miércoles, 13 de junio de 2012

miércoles, 18 de abril de 2012

domingo, 11 de marzo de 2012

Mejorando la producción del ganado vacuno y la calidad de la carne

Para ayudar a satisfacer la demanda de la carne de res, científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) están explorando maneras innovadoras de aumentar la eficiencia de la producción del ganado vacuno y proveer productos mejorados de carne de res.

Las nuevas estrategias para reducir los gastos de producción incluyen un uso más eficiente de nutrientes por los animales, y mejoramientos en su eficiencia de reproducción por toda su vida. En vez de alimentar más pienso a las vacas preñadas o lactantes que necesitan más nutrientes durante estos períodos, los científicos están tratando de aumentar la eficiencia de las vacas para reducir sus necesidades de pienso.

Reduciendo los costos de pienso y reproducción.
Los productores del ganado vacuno gastan mucho en pienso, el cual representa del 50 al 55 por ciento de los costos totales de desarrollar las novillas de reemplazo. Una parte principal de la dieta de la novilla a menudo es los granos cereales, los cuales están llegando a ser más costosos debido al consumo humano y la producción del etanol.

Científico de animales Andrew Roberts, genetista Michael MacNeil y sus colegas en el Laboratorio Fort Keogh de Investigación del Ganado y las Praderas (LARRL por sus siglas en inglés) mantenido por el ARS en Miles City, Montana, han descubierto que reducir la cantidad de pienso provisto a las novillas puede llevar al uso más eficiente de los nutrientes por el cuerpo del animal para las funciones de crecimiento y reproducción.

Los investigadores estudiaron dos grupos de novillas híbridas que eran una mezcla del 50 por ciento Angus Rojo, el 25 por ciento Charolais, y el 25 por ciento Tarentaise. Un grupo de control se alimentó según las recomendaciones tradicionales del sector de ganado bovino, y otro grupo recibió el 80 por ciento de la cantidad provista a sus homólogos (calculada en una base común de peso del cuerpo) por 140 días.

Las novillas que recibieron menos alimento aumentaron su peso del cuerpo más eficazmente por todo el período del destete y durante la próxima temporada de pastoreo. La cantidad real de pienso provisto a las novillas restringidas durante el total período de alimentación, el cual terminó cuando las novillas tuvieron 1 año de edad, fue casi el 73 por ciento de la cantidad provista al grupo de control.

Utilización de esta estrategia para proveer menos pienso podría reducir los costos de producir cada novilla preñada de reemplazo por más de 31 dólares, según Roberts.
Esta práctica también podría prolongar la vida del animal, con consecuencias importantes para la eficiencia y rentabilidad del animal por toda su vida.

En el experimento, las novillas restringidas tuvieron una tasa de embarazo del 87 por ciento, y el grupo de control tuvo una tasa de embarazo del 91 por ciento, dice MacNeil.

“Nuestros resultados indican que restringir el pienso es un asunto de economía para los productores”, él dice. “También hemos descubierto que otras estrategias, tales como el entrecruzamiento y ayuda durante la parición, pueden aumentar la capacidad de reproducción de las vacas jóvenes”.

Aumentando la eficiencia por medio de restringir la dieta.

Las novillas se manejaron como un solo grupo desde la temporada de crianza hasta el otoño, y los animales preñados se dividieron en dos grupos—uno con la dieta restringida, y otro como un grupo de control—cada invierno. Durante los meses del invierno, las vacas con la dieta restringida recibieron el 20 por ciento menos pienso que el grupo de control.

Con el tiempo, las novillas menos eficientes no se reprodujeron y fueron eliminadas de la manada si ellas fueron en el grupo que recibió la dieta restringida. Aumentar la dieta podría llevar a la retención de estas novillas en el sistema de producción, pero con el tiempo aumentará los gastos para el productor, según Roberts. Este sistema permite la eliminación temprana de las vacas no eficientes para utilización como una fuente de la carne de alta calidad.

Los investigadores descubrieron que una dieta restringida para las novillas podría mejorar su eficiencia por toda su vida. Los investigadores también notaron algunos rasgos interesantes en la segunda generación y la tercera generación de terneros producidos por las vacas en el estudio con la dieta restringida, el cual comenzó en el 2001.

“Parece que la restricción en la dieta de las vacas ayuda a la segunda generación de terneros a tolerar una restricción de pienso con más eficiencia”, dice Roberts.
Aunque los terneros de la tercera generación tuvieron un peso del cuerpo más bajo al nacimiento y al destete comparados con los terneros de vacas alimentadas con la cantidad de pienso típicamente provista por el sector de ganado vacuno, las vacas que consumieron la dieta restringida en realidad tuvieron un peso del cuerpo un poco más alto al destete de los terneros, según Roberts.

“Fisiológicamente la segunda generación de las vacas con una dieta restringida está conservando algunos de los nutrientes para mantener las reservas corporales, y esta actividad podría llevar a una reproducción más eficiente y mejores tasas de supervivencia en la manada”, dice Roberts.

“Esto es importante porque podría facilitar la tolerancia de las novillas a los períodos subsiguientes de privación de nutrientes debido a fenómenos naturales tales como la sequía”, dice MacNeil.

Investigando los rasgos del veteado para la carne de alta calidad.

Para mejorar la calidad de la carne de res, los científicos del LARRL están investigando las vetas de grasa en la carne magra, conocidas como el veteado de la carne. El veteado es un indicador del sabor y sirve como una base para establecer el precio de la carne de res.

El veteado, el cual se mide a la matanza o por un proceso de ultrasonido en los animales vivos, es un rasgo heredado y por consiguiente se puede alterarlo con el mejoramiento genético, según MacNeil. “Los criadores del ganado vacuno podrían beneficiarse mucho de tener más información sobre los indicadores genéticos del veteado superior y otros rasgos deseados”.

Genetista Lee Alexander y sus colegas están estudiando estos rasgos genéticos. Ellos usaron un grupo de marcadores moleculares genéticos para localizar los sitios específicos en el genoma de una población de vacas híbridas de Wagyu-Limousin que tuvieron genes que influyen en rasgos tales como el veteado y la composición de ácidos grasos. Estas razas se seleccionaron específicamente para el estudio porque el ganado de la raza Wagyu produce una carne muy veteada y el ganado de la raza Limousin produce una carne más magra.

“Los marcadores genéticos exitosamente identificaron una región en el genoma que es asociada con la cantidad del veteado y las cantidades relativas de las grasas saturadas y las grasas monoinsaturadas”, dice Alexander.

Los científicos creen que estos hallazgos podrían llevar a productos de carne más sanos y más sabrosos para los consumidores por medio de métodos de crianza que producen un perfil mejorado de grasas en la carne de res.

FUENTE: Boletín Animales Sanos, ARS, Nº 45, abril 2011.