jueves, 6 de marzo de 2008

Rentabilidad sobre ruedas


Muchas de las pérdidas ocasionadas en la cadena de valor bovina están relacionadas a la calidad del transporte. Aquí se brindan algunas claves esenciales para mejorar este área vinculada a la tarea gerencial.

Por Hanne Martine Stabursvik
Médica veterinaria, MSc., MRCVS.




¿Es el transporte “tierra de nadie”? Recientes estudios realizados en Argentina han comprobado que la etapa de traslado es la más riesgosa en la cadena de valor de la producción cárnica. Por cierto, no es una condición única de este país en donde se visualiza esta tendencia: investigaciones de otras regiones de América Latina comprobaron lo mismo y dan sustento al reclamo internacional que asegura que el transporte representa los momentos más estresantes para los animales de producción, además del riesgo altamente elevado de que ocurran accidentes, caídas, y hechos que ponen en riesgo la integridad física de los especímenes y posteriormente la calidad de las carnes.

PRINCIPALES RIESGOS

Antes de analizar el impacto sobre el bienestar animal, se debe reflexionar el por qué de los riesgos asociados con la etapa del transporte. Algunos son fáciles de detectar: el arreo, la carga y la descarga, la alta probabilidad de sobrecarga, elestado de las rampas, el nivel de capacitación de los trabajadores -tanto del campo como de los frigoríficos –y por cierto del propio transportista. Otros problemas relacionados con el viaje mismo, es el estado del vehículo, la distancia y el estado de las rutas, sólo por mencionar algunas. Mientras que el productor y el gerente del frigorífico pueden y deben identificar los riesgos principales en su planta (además de desarrollar programas de manejo de calidad para proteger y optimizar la salud y productividad por animal), ninguno de los dos actores tienen herramientas para asegurar que la etapa de transporte no represente una amenaza para el trabajo ya realizado, así como tampoco para la faena a realizarse. Si los principales problemas relacionados con el traslado han sido identificados, y se ha llegado a saber que son aspectos directamente vinculados al manejo gerencial –y a pesar que en los últimos años se ha hecho un trabajo importante para disminuir su incidencia – ¿por qué el transporte está siempre en la mira?

TRANSPORTE: ¿UNICO “CULPABLE”?

Desde el punto de vista gerencial (sobre cómo manejar riesgos y amenazas), son varias las lecturas pensar que el

transportista solamente ofrece un servicio – trasladar un lote desde un punto a otro, por ejemplo desde el campo a un mercado de concentración

–. En tal caso, es donde efectivamente se pierde la posibilidad de manejar en forma adecuada la cuota de responsabilidad que le toca a la gerencia y por ende la “continuación” de la cadena de valor puede romperse ¿cómo se asegura el productor

que las acciones del transportista no influyeron en el resultado obtenido en la segunda etapa, desde el mercado hasta el frigorífico?

Mientras que éste sea el modo operativo predominante, donde se utiliza un mecanismo de mercadeo que en realidad no agrega valor, sino pone en riesgo el valor de la producción, el esquema de transporte (campo – mercado – destino final) sigue siendo muy difícil de manejar. Sin abrir una discusión sobre la utilidad de los mercados de concentración en la época digital (donde cualquier trámite y transacción comercial se puede hacer a través de Internet con un alto nivel de seguridad), habría que preguntarse cuáles son las herramientas que pueden medir el impacto del transporte sobre el éxito comercial de cada lote ofrecido al mercado.



MECANISMOS DE MERCADO

Dejando de lado el debate sobre el modo de transacción más común (en donde el comprador final paga por lote, y hace el descuento por las pérdidas anticipadas), que desincentiva el interés comercial del productor por invertir en programas de manejo de calidad que pone énfasis en aumentar la productividad (por animal), a través de métodos que reconocen las necesidades fisiológicas. En ese escenario ¿como se discrimina con certeza que los problemas observados en la calidad de las carnes o el resultado obtenido por animal en kilos de carne, son resultados de falencias en el transporte?

SOLUCIONES A ANALIZAR

En realidad es muy sencillo manejar los riesgos relacionados con el transporte. Consiste esencialmente en definir acciones con respecto a sobrecarga, estado de vehículo, el nivel de capacitación del transportista, las instalaciones a utilizar, y los demás factores relacionados que se vislumbren. De hecho, existen programas de manejo de esta área que son fundamentales para la industria cárnica: eso incluye hasta la elección del proveedor de servicio que parece confiable. Sin embargo, quizás el desafío sea otro: el del abrir la discusión sobre cómo mejorar los problemas relacionados con el transporte. En tal sentido, habría que cuestionarse por qué en las transacciones directas, los actores principales en la cadena de valor dicen tener menos problemas relacionados con el transporte. Esto les permite analizar y desarrollar herramientas concretas para contener los riesgos representados por el traslado. Además, el sistema con venta directo al frigorífico facilita una mejor comunicación entre campo y planta donde se abren posibilidades para negociar mejores condiciones comerciales; hecho que incentiva a todos los participantes de la cadena de valor a invertir en programas de manejo de salud y bienestar, ya que de ese modo obtienen un “premio” por cada kilo que no termina siendo decomisado.

FUENTE: Red Alimentaria - Americarne