lunes, 26 de abril de 2010

La genética argentina avanza en el Mercosur

La creciente incorporación de genética por parte de cabañeros y productores bovinos se constituyó en los últimos años en una de las principales herramientas para mejorar la calidad de los rodeos argentinos; a la vez, muchos países del Cono Sur fueron incorporando esa tecnología de origen local.

La Argentina tiene un porcentaje de participación muy pequeña en el comercio mundial respecto de la exportación de semen bovino, pero en los últimos 20 años creció el interés de los compradores en una relación de 10 o 12 veces, potenciado por la condición sanitaria de los rodeos, por la ausencia de fiebre aftosa (con vacunación en algunas regiones) y el bajo riesgo de «vaca loca», situaciones que posibilitaron la apertura de nuevos mercados.

En los últimos años se abrieron otros mercados, aparte del Mercosur, como los sudamericanos, por cercanía, afinidad, cultura y hasta de producción, con el mismo protocolo de sanidad para poder exportar.

Más del 90 % de la exportación de semen y de genética en general con origen en la Argentina tiene como destino Brasil, Paraguay y Uruguay, que hoy son los primeros compradores, gracias a numerosos convenios, por manejar medidas contra la enfermedad en forma conjunta, lo cual facilita más el comercio. Los datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) aportados a Ámbito del Campo indican que la Argentina exportó en 2009 un total de 3.679 dosis de semen lechero y carnicero 420.962 dosis. Mientras que en 2008 las exportaciones de semen lechero totalizaron 32.785 dosis en el segmento carnicero 199.222 dosis.

En cuanto a los embriones en 2009 se exportaron 329 unidades de lechero y carnicero 2436 dosis. En 2008 se colocaron en el mercado internacional 34 dosis de embriones lecheros 4041 dosis de carnicero.

La Argentina exportó genética bovina en 2008 por un monto total de u$s 4,5 millones, entre semen y embriones y en materia de exportación de reproductores, algo más de 1.500 cabezas por un total de u$s 2,33 millones, según datos privados.

Tarea persistente

En los últimos cinco años se trabajó en abrir el protocolo con países de la Comunidad Andina, Ecuador, Colombia, y Venezuela. Pero en el caso de Chile, libre de aftosa sin vacunación, la Argentina quedó afuera porque es un país que no suele importar de zonas con vacunación. Bolivia en cambio fue uno de los mercados que se abrió primero en la Comunidad Andina por la cercanía que existe entre los dos países. «Ellos buscan nuestra genética y tienen un mayor interés por las razas lecheras New Jersey y Holando, aunque las cárnicas: Brangus y Bradford», sintetizó Mariano Echeverri del laboratorio Biogenetic Argentina. Bolivia necesita reducir el porcentaje de sangre índica de sus rodeos, por eso les interesará incorporar razas británicas y continentales, que se desarrollan con más facilidad en Santa Cruz de la Sierra.

Las posibilidades de colocar embriones en otros países es factible. Si está bien hecho bajo las normas internacionales (fijada por la Asociación Internacional de transferencia embrionaria), prácticamente no existe riesgo de transmisión de enfermedades. Los embriones se exportan a Sudamérica, Canadá y la Unión Europea.

A su vez, la Argentina no puede exportar genética a los Estados Unidos, porque tienen un protocolo sanitario no consensuado, impuesto hace 15 años, de imposible cumplimiento. Ellos exigen que haya veterinarios del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) permanentemente durante todo el proceso.

En cuanto a otros mercados, sólo será posible exportar a Australia, Unión Europea Nueva Zelanda, Rusia, México y Chile cuando la Argentina sea un país libre de aftosa sin vacunación. En tanto, México, es uno de los futuros principales compradores de animales en pie, porque es un alto consumidor de genética, pero al estar en el ámbito del acuerdo del NAFTA compra su genética en los Estados Unidos o en Canadá.

Ventajas y desventajas

La exportación de animales en pie también tiene sus desventajas, porque el costo de todo el proceso es elevado por su transporte y un riesgo sanitario mayor. En cambio la exportación de embriones implica vender genética pura, con un costo de transporte más bajo, porque en un termo se pueden enviar varios embriones.

La exportación de semen tiene una gran practicidad y bajo costo. Éste es el rubro que más se mueve a nivel mundial. Para el comercio internacional, el semen debe estar identificado y la mejor manera es mediante el sistema de la pajuela.

Diez años atrás, se exportaban 50 mil dosis, hubo así un crecimiento de 10 veces más. En cuanto a la exportación de semen, los grandes competidores son Estados Unidos, Canadá, Unión Europea, Australia y Nueva Zelanda. La Argentina está en el puesto 20 en exportación de semen.

Desde hace cinco años la Argentina trata un protocolo con China y apunta a ese mercado, porque es un gran comprador de animales en pie. Importó en 2008 semen por un monto total de u$s 2,5 millones comprado a Estados Unidos y Canadá. Pero los costos de fletes, para la Argentina resultarían imposibles. En cuanto a África, la Argentina mantiene un protocolo con Angola para animales en pie. También hay conversaciones bilaterales en marcha con Sudáfrica, para abrir ese mercado.