
El bienestar animal debe valorarse utilizando parámetros que pueden medirse de forma objetiva y que sean un reflejo del bienestar de los animales; estos parámetros se denominan indicadores de bienestar. Teniendo en cuenta que el propio concepto de bienestar animal incluye aspectos diferentes -emociones, capacidad de adaptación, y conducta natural-, resulta indudable que el bienestar no puede medirse nunca utilizando un único indicador. Los indicadores seleccionados deben aportar información acerca de los diferentes aspectos del bienestar animal y deben incluir, por lo tanto, no sólo la salud de los animales sino también su estado emocional, que a menudo se refleja en su comportamiento. Así, la propuesta realizada por los investigadores del proyecto "Welfare Quality" sugiere que deben considerarse parámetros relacionados con la alimentación, el alojamiento, la salud, y el comportamiento y las emociones de los animales.
De forma general, los indicadores que se utilizan para valorar el bienestar pueden estar basados en el animal o en el ambiente. A título de ejemplo, el porcentaje de cerdos con lesiones en las patas es un parámetro basado en el animal, mientras que las características del suelo de la granja serían un parámetro basado en el ambiente. Aunque los indicadores basados en el ambiente son a menudo más fáciles de medir, la mayoría de investigadores consideran que los indicadores basados en el animal aportan información más relevante sobre el bienestar y además tienen la ventaja de que pueden usarse en cualquier explotación, independientemente de cual sea el sistema de alojamiento y manejo. Por esta razón, el sistema desarrollado en el proyecto "Welfare Quality" está basado sobre todo en parámetros propios del animal. Esto no significa, sin embargo, que únicamente deban usarse estos indicadores, puesto que los indicadores basados en el ambiente son necesarios para decidir cuáles son las estrategias de mejora más adecuadas y en algunos casos pueden resultar más prácticos que los indicadores basados en el animal. Finalmente, es importante recordar que los indicadores escogidos deben ser válidos (es decir, deben medir realmente lo que pretendemos medir), fiables (deben proporcionar medidas repetibles) y prácticos.
La propuesta de valoración del bienestar animal desarrollada por el proyecto Welfare Quality incluye los cuatro aspectos siguientes:
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Estas cuatro preguntas son el punto de partida de un conjunto de 12 criterios en los que debería basarse cualquier sistema de valoración del bienestar. Dichos criterios, ordenados según las cuatro preguntas anteriores, son los siguientes:
Alimentación | |
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Alojamiento | |
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Estado Sanitario | |
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Comportamiento | |
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Actualmente, se está trabajando en la metodología exacta que deberían seguir las auditorías de bienestar para valorar los 12 criterios anteriores. De acuerdo con el plan de trabajo del proyecto, dicha metodología debería estar lista a finales del año 2009.
Autor: Xavier Manteca. UAB. España
FUENTE: Agromeat.
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