martes, 17 de junio de 2008

ARGENTINA: Por la pelea con el campo se perdieron US$ 3.400 millones


A Miguel Bein se lo considera el campeón de los aciertos económicos. Desde que el Banco Central puso de moda las estimaciones de los economistas y elaboró un ranking, la consultora del ex viceministro de la gestión Machinea se llevó los laureles. Preste atención a sus proyecciones para este año: crecimiento 7,5%, inflación 22% y el dólar en torno a $ 3,20 a fin de año.

En su visión, la pelea con el campo es el mayor conflicto sectorial del que se tenga memoria. Y arriesga que no va a tener solución. Pese a ser una pelea que se desató por "los últimos cinco puntos de las retenciones, la crema del postre, a partir de la fuerza que el campo verificó que tiene, este reclamo sectorial no nos va a abandonar".

-¿Qué siginfica esta pelea en términos del PBI?, le preguntó ayer Clarín

-Al sacarle las rutas a la economía, la producción se resiente mucho. Hasta ahora está costando un punto del PBI, unos 3.400 millones de dólares para un producto que alcanzará 340.000 millones.

-Distintos economistas anticipan que en 2009 se va a crecer entre 2 y 3%. ¿Cuáles son sus proyecciones?

-Los que arriesgan esos pronósticos no sabe de qué hablan. Miran demasiado la cotidianeidad de los piquetes, en vez de mirar el mapa económico mundial. Es cierto que siempre es posible transformar cualquier situación en un desastre. Pero la economía argentina tiene una gran fortaleza en esta coyuntura internacional. En 2009 vamos a crecer entre 5 y 6%.

-¿Eso significa que dejamos atrás las tasas chinas de crecimiento? -Efectivamente abandonamos la zona de crecimiento del 8,5%. Pero se trata de una economía que se acerca al pleno empleo.

-De acuerdo con sus mediciones, ¿cayó la demanda, cambiaron las expectativas?

-Pasó todo eso, pero no significa que la economía no pueda arrancar de nuevo por el contexto internacional. No hay un problema de destrucción de riqueza. Se frenó la actividad en centenares de localidades del interior y se dañó la confianza del consumidor y las expectativas de los agentes económicos. Pero la soja que no se vendió saldrá al mercado más tarde.

-Sin embargo, la tasa de interés subió fuerte y pone en riesgo la actividad...

-Afectó lo financiero. Estamos en un trimestre en que el Banco Central debería haber aumentado las reservas en US$ 3.000 millones, en lugar de aumentar esos 3.000 millones, los perdió. Esos 6.000 millones de dólares de diferencia, se dividen de esta forma: 3.000 millones es la cosecha que está en el campo sin vender. A los otros 3.000 millones los compraron agentes económicos asustados. Por cada tonelada de soja que no sale al mercado hay un equivalente en dolares que compra la población.

-Hay quienes comparan esta crisis con la del 2001...

-Hay una extraordinaria diferencia y tiene que ver con la situación estructural de la Argentina. Esta pelea se da en un momento en que el maíz vale US$ 300 la tonelada, el trigo US$ 320, la soja US$ 570 y el girasol casi US$ 700 por tonelada. Aquí hay una fuerte puja por el ingreso. El problema es que todo se parece a esas películas de cowboys que están por explotar una mina de oro y se matan entre ellos. A diferencia de otros países que son consumidores netos de alimentos, la Argentina es un gran productor. Fíjese que pese al conflicto el superávit comercial sigue siendo alto de US$ 800 millones en abril y otro tanto en mayo. Es un país con un sobrante estructural de dólares y que además tiene precios récord para los bienes que produce. Este es un conflicto que se desata en un momento que el Banco Central está repleto de dólares y en paralelo se dan los mejores precios internacionales de la historia.

FUENTE: Clarín

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